Aunque la mona se vista de seda


Hoy todos los grupos se obsesionan con grabar en el mejor estudio, y mezclar en New York. 
Y está bien…


Y para eso hay que estudiar y practicar mucho.






























Por eso estoy harto de escuchar músicas bien presentadas, y que no me dicen nada. Gardel grabó con un solo micrófono, y hoy sigue conmoviendo al oído y al alma. Ya me lo decían cualquiera de mis dos abuelas; Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.

De todas maneras acá van algunos tipos que pueden ayudar.

A- No ir al estudio a estudiar. Esto insume una gran cantidad de tiempo y dinero. En la época de Gardel se grababa en vivo, y era caro. Por lo tanto los músicos llegaban al estudio con el tema ya listo. Era una pasada más. Además, ir mal preparado puede acarrear un ataque de nervios. La idea es ir preparado como un guerrero a la arena. Igual, siempre va a haber que improvisar algo, cambiar, resolver en el momento. Eso está asegurado. Ir mal preparado es una irresponsabilidad.



B- Ser natural. Lo que no sale natural no gusta. Al principio de la era del sonido registrado, grababa toda la banda junta. Cuando apareció la grabación por pistas separadas, esto fue un avance para cubrir algún error, una chance. Pero luego la chance se transformó en una regla, y el resultado fue grabaciones perfectas que no dicen nada. Muchas bandas han vuelto a la grabación en vivo, porque conserva la energía del momento compartido.











C- Menos es más. ¿Qué pasa cuando alguien te habla sin parar, repitiendo la misma idea? Es abrumador…
No queremos escucharlo.


En la música debería pasar igual, pero todavía no se ha llegado a esa madurez en la comunicación sonora.










D- No querer ser como tu artista favorito. ¿Hasta cuándo ser fan de otro no es escapar de uno mismo? 


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