el horror de: "solo hay una forma correcta de hacer esto".


¿Por qué algunos profesores se empeñan en que el alumno hago todo exactamente como él dice? Muchos han  pasado por algún instructor que los tortura con una extremada rigidez en la enseñanza técnica. Tan dura que pocos la resisten. A veces ese instructor es un familiar cercano.
El horror de “solo hay una forma correcta de hacer esto, y no quiero verte hacerlo de otra forma”,
“Solo hay una forma correcta de hacer esto,
y no quiero verte hacerlo de otra forma..."
 

Lo vengo viendo desde que jugaba al fútbol de niño antes de tocar música. En la música no lo he sufrido en extremo, pero al cursar guitarra clásica en el ciclo Básico de la Escuela Universitaria de Uruguay que no quise seguir. Era tan estricto el tener que tocar de tal o cual manera que no me resultaba cómoda. No tengo nada que decir del profesor que era una excelente docente y ser humano. No me sentí torturado ni abusado, ni sentí violencia de su parte.

Pero he conocido que otras personas han sufrido, a manos de un profesor casi sicópata. Y es preocupante porque no son pocos los casos. Se da más en la música clásica que en la popular. Y es que al instructor le cuesta darle lugar al alumno parque busque su manera.

Es claro que se le debe marcar un camino al que está aprendiendo. Prevenirlo de practicar cosas que no son sanas fisiológicamente. Exigirlo sí. Sanamente. Y sobre todo dar el ejemplo.

Para encontrar un punto medio siempre me ha iluminado mucho el libro Máxima Performance del Dr. Laurence E. Morehouse y Leonard Gross. 

Máxima Performance

De ahí extraigo el siguiente texto:

El buen entrenador sabe que no existe una manera perfecta para realizar una actividad. Sabe que no hay dos personas que se muevan exactamente igual. Respeta su conducta idiosincrática de movimiento y sugiere hábitos de movimiento que ya le resultan confortable a usted. Lo hacen empezar donde sus movimientos indican que debe empezar. Puede mostrarle como ejecutar un movimiento, pero le deja ejecutar su propio estilo…Si usted está entrenado a su hijo y dice: “solo hay una forma correcta de hacer esto, y no quiero verte hacerlo de otra forma”, no respeta el derecho y la libertad del niño a desempeñarse según los términos de su movimiento idiosincrático. (Morehouse &Gross 1977).

Debo confesar que si bien estas palabras suenan liberadoras me costó tiempo llevarlas a la práctica. Esto es, confiar en que el otro encontrará su camino. Que no es otra cosa que darme cuanta que hay saber fuera de mi o mis pensamientos.

Pero luego de aceptarlo, la libertad llega no solo para el alumno, sino también para el profesor. ¡Es la liberación de darme cuenta de no estoy a cargo de todo el universo! Por supuesto que se debe hacer el mayor esfuerzo por enseñar. Las palabras anteriores no nos liberan de la obligación de dar lo mejor de nosotros.

Sorpresa

Tuve la dicha de asistir a una charla que daba Abel Carlevaro, el gran profesor de guitarra clásica. Iba con prejuicio de que era una persona dura y estricta. Lo conocía a través de sus alumnos directos. Algunos eran intimidantes

Abel Carlevaro

Y me encontré con la sorpresa de que era una persona mucho más flexible y práctica. Si era estricto. Pero corregía con amor. Aseguraba que lo que funciona en una parte de la guitarra no funciona en otra. No era todo igual. ¡Que alivio!

Bibliografía

Morehouse, Laurence E. & Gross Leonard.  1977. Máxima Performance, p 152-153. Simon and Schuster, New York, USA.

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