¿POR QUÉ USAMOS EL SISTEMA DE TEMPERAMENTO IGUAL PARA AFINAR SI NO ES EL MAS PRECISO?

junio 03, 2025

¿POR QUÉ USAMOS EL SISTEMA DE TEMPERAMENTO IGUAL PARA AFINAR SI NO ES EL MAS PRECISO?

¿Sabías que el sistema musical de Pitágoras, creado en el 582 a.C., es tan matemático como impráctico? Él construyó su escala basándose en la serie de quintas justas, un enfoque puro y armónico desde el punto de vista matemático. ¿El problema? Si seguimos su lógica, terminaríamos con 31 notas diferentes por octava. ¡Imaginate una guitarra con 31 trastes o un piano con 31 teclas por octava! Sería casi imposible de construir… y de tocar.

Zarlino, un monje del siglo XVI (1517–1590), desarrolló un sistema basado en los armónicos naturales, muy apreciado por los físicos por su fidelidad al sonido real. Sin embargo, desde el punto de vista práctico, resultó aún más problemático que el sistema de Pitágoras: genera una enorme cantidad de notas diferentes, imposibles de organizar en instrumentos tradicionales. Su belleza teórica lo convierte en una joya científica… pero un laberinto para los luthieres.

William Holder (1614–1697) propuso una adaptación del sistema pitagórico dividiendo la octava cada vez que aparecían tres comas, lo que lo llevó a desarrollar su propio sistema de afinación. Aunque su método buscaba mayor precisión, mantenía el mismo problema práctico que el de Pitágoras: generaba muchas notas diferentes por octava, lo que hacía casi imposible aplicarlo a la construcción de instrumentos musicales convencionales.

El sistema temperado que usamos hoy divide la octava en doce semitonos exactamente iguales entre sí. Cada par de semitonos forma un tono, y la quinta, aunque un poco baja respecto al sistema puro de Pitágoras, se ajusta para que los instrumentos sean prácticos y tocables. Desde un punto de vista científico, este sistema no es “perfecto” ni fiel a las proporciones naturales, pero en la práctica es la única forma que tenemos para construir instrumentos de sonido fijo que funcionen bien y suenen bien juntos.

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