Enfoques de la práctica.


Cuando empezaba a tocar tenía la idea de que para llegar a ser bueno había que practicar mucho.


Es un principio de verdad, pero haciéndolo así nomás, literalmente, podemos tropezar con algunas trabas.

Lo vemos en detalle.










El primero en darme una pista fue el maestro Atilio Rapat.
Él me repetía que lo más importante es la constancia, la perseverancia. Esto es, practicar todos los días aunque sea un poco. Y me ponía el famoso ejemplo de la gota que cae durante años sobre una roca hasta moldearla. Y esa es la base de toda práctica: estar.

Yo con mi experiencia descubrí un truco para hacerlo posible: tener el instrumento siempre a mano, fuera de la funda, cerca de mí. 
Se pierden un montón de pequeñas sesiones de trabajo por la pereza de sacar la guitarra de la funda "solo por estos cinco minutos".

En esto de practicar mucho aparece un enemigo. El abuso de la práctica. Porque cuando uno practica muchísimo, es difícil no caer en la obsesión, y esta destruye los procesos naturales. 
Sufrí de ello hasta que acepté el descanso. 
Cuando algo no sale, y se complica, tiendo a querer resolverlo ya. Y esto es difícil porque estoy muy involucrado. Entonces tengo que descansar, alejarme de la situación. 
Y generalmente en frío, surge una nueva idea que cambia mi enfoque de esa práctica errónea. 


Leí un artículo de Abel Carlevaro donde afirmaba que hay que pensar cinco horas y tocar una. Esto se hace difícil de creer. Las soluciones simples no nos gustan de entrada. Como el famoso caso de la enfermedad del escorbuto y la vitamina C (Comer limones).





Con el tiempo aprendí a usar del  sabat. Hacer un exilio de la práctica, un día por semana, y dedicarme a contemplar la belleza del universo. 
Yo, como no soy judío, lo hago el domingo. Y el lunes vuelvo renovado. Y muchas veces logro lo que no salía el sábado. Simple. Pero funciona.

Incluso, a veces resulta muy productivo un verdadero exilio, de más días.
Lo cual no significa un abandono de la práctica, sino el exilio de un aspecto de ella. Ejemplo, dejo de practicar técnica y me dedico un tiempo a la lectoescritura. 
Unas vacaciones totales en ciertos casos son necesarias. Sobre todo para descongestionar el ego que me lleva  a la obsesión.

Formas.

Me gusta encarar la practica, sobre todo la técnica, de estas tres maneras.

A) Parcial. Cuando me dedico a un aspecto específico. Por ejemplo, práctica del estiramiento. O un tipo de coordinación. Es la más básica. Y la más frecuente.

B) Personalizada. Un solo ejercicio en profundidad. Mucho cuidado con esto,  porque al menor descuido se puede caer en la obsesión.

C) General. Yo le llamo "la maratón", y se da en un día especial. 
Se trata de un repaso general de todo un tema. Por ejemplo una tarde me leo todo un libro que ya estudié. (Confieso que hace tiempo no lo hago).

Ambiente

Uno sueña con un ambiente silencioso, sereno. Y es un ideal a seguir. Pero tiene dos peligros.
Primero, si lo llevo al extremo de querer un perfecto ambiente, casi como el de un monasterio de clausura, termino practicando una vez al mes.
Segundo, es necesario a menudo, practicar con interferencias, porque el ambiente real de performance es así. Lleno de molestias y presiones.
Cual es la solución. El camino del medio. Intentar practicar tranquilo, pero adaptarse a las dificultades. 

Le un artículo de B.B.King donde decía que tocaba todos los días.

A veces lograba cosas hermosas, y se iba a dormir feliz. Otro no lograba nada, y se iba a dormir triste. Pero seguía adelante.Siempre volvía a tocar. 

O sea volvimos a la perseverancia.

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