Límites, los desarrolladores de la creatividad.

"Intellectus apretatus discurrit qui rabiat" 

Frase atribuida a Cicerón.

Frase atribuida a Cicerón. La frase que posee muchas traducciones trae a colación la capacidad del cerebro de reaccionar más rápidamente cuando se ve en apuros, o "apretado" por alguna necesidad. No veremos todas las posibles aplicaciones de esto. Nos centraremos en como ayuda a la creación musical; especialmente a la práctica de la improvisación, el recibir un límite.

Primero el límite natural

Imaginemos que vamos a comprar a un shopping y no sabemos qué. Estamos bastante ansiosos por consumir compras, y pensamos en cuán felices nos sentiremos con "eso" que nos hace tanta falta. Probamos muchas cosas, algunas las compramos, otras las dejamos y seguramente volvamos a nuestra casa con la sensación de que nos sigue faltando algo. Eso es lo que le sucede a un músico que no sabe bien qué tocar, ni por qué, pero quiere tocar muchas frases: rápidas, intrincadas y deslumbrantes. Finalmente, no le sale nada bien. Termina con el mismo vacío que nuestro adicto a las compras.

Pero, si voy de compras a buscar un pantalón para hacer ejercicio, en lo posible oscuro, es más probable que tengo éxito. Es más inteligente empezar por lo simple. Algo con pocas notas que pueda dominar. Y de ahí puedo ir creciendo, y ornamentando mis frases. Lo que ha sucedido aquí es que hemos tenido que limitarnos para elegir mejor. Es más, sin este límite tal vez no habríamos logrado nada sustancioso.

Nota: Esta alegoría está inspirada en una clase publicada por el guitarrista Rick Emmet en la revista Guitar Player en la década de los 80, donde contaba la historia de un joven guitarrista en su primer casting, donde usa todo lo que estudió y no le sale nada. Y refiere al mismo principio de empezar por lo sencillo.

Segundo, el límite de laboratorio.

Si bien esto funciona naturalmente, se puede potenciar con ejercicios que planteen límites en forma organizada para desarrollar áreas específicas.  El primer contacto con esto lo tuve en las clases de improvisación de guitarra con el maestro Gustavo Ogara. Él, me planteaba por ejemplo crear frases con la pentatónica pero solo usando dos cuerdas adyacentes.  Esto es, primera y segunda, segunda y tercera, y así sucesivamente, hasta hacer todos los pares. Dominado este ejercicio pasábamos a hacer lo mismo en dos cuerdas salteados; primera y tercera, segunda y cuarta, hasta completar todos los juegos posibles.

Luego conocí el libro "The Advancing Guitarrist" de Mick Goodrick, el cual trae todo un arsenal de estos juegos. Por ejemplo, improvisar los siete modos de Do mayor solo en una cuerda. Luego en dos cuerdas, (lo que él llama la "pequeña posición móvil"). Este libro lo recomiendo ampliamente porque trata de crear música sobre ideas que el autor te da. Otra idea interesante es tomar frases de otro instrumento, y tratar de adaptarla al nuestro. Es algo muy renovador, sobre todo para nuestro fraseo.

Por último, lo importante es recordar que la música se compone, al analizarla en por lo menos cuatro parámetros: altura, tiempo, intensidad y timbre. Entonces cuando me limitan uno de ellos, recurro mayormente a los otros. Por ejemplo, si me mandan crear frase con solo tres notas, me desarrollo más en el ritmo, el volumen o intensidad, o el timbre.

Una cosa importante es saber atravesar el aburrimiento. Cuando nos ejercitamos de esta manera puede aparecer el cansancio mental. Si aprovechamos este cansancio para buscar algo nuevo, en vez de huir, generalmente aparece algo mejor.

Por eso lo llamamos atravesar el aburrimiento.

Volviendo a la vida

A nadie le gusta vivir limitado. Por eso después de ejercitar uno de ellos es bueno descansar, y volver a tocar libremente. Ahí vemos como se ha incrementado nuestro fraseo; a la vez que volvemos a disfrutar, porque seamos honestos: los límites nos molestan, y nos cansan, aunque sean necesarios.

Lista resumen de ideas

1- Usar solo dos cuerdas adyacentes.

2- Usar una sola cuerda.

3- Usar cuerdas salteadas.

4- Probar solo dentro de una octava.

5- Frases ascendentes

6- Frases descendentes

7- Usar las notas de una escala menos una. Por ejemplo usar la pentatónica de Am, y nunca tocar la nota La. Puede parecer extraño, pero terminamos oyéndola en nuestra imaginación.

8- No resolver nunca, dejar las frases como "flotando"

Una idea interesante es nunca dejar de buscar nuevas ideas.

Reflexión

El improvisador es como un prestidigitador. Si siempre saca el mismo conejo de la misma galera, termina aburriendo. Debe tener cada vez un nuevo truco. Pero cuidado, todo nuevo también cansa. 

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