Rompiendo prejuicios en música
El que toca música tiene que adquirir la suficiente habilidad para llevar su trabajo a cabo, para desarrollar su don; y por último tiene que estar dispuesto a ponerlo al servicio de los demás. Este camino está plagado de prejuicios internos y externos que tratarán de que no llegue a su fin. El propósito de este artículo es enumerar algunos de estos prejuicios y la forma de eliminarlos: encontrar un hecho que lo destruya.
Perjuicio 1: Manos gruesas
Pongamos un ejemplo; uno de los primeros
prejuicios que tenemos que atravesar es el tamaño de las manos. Dedos “gordos
como morcillas” o “manos pequeñas” no son muy queridos por el equivocado
criterio común. Basta ver las manos de BB King.
Django Reinhardt, excepcional musico de jazz gitano, tuvo un accidente a los 18 años que hizo que se le enrollen los tendones de los dedos tercero y cuarto de la mano izquierda. Pero esto no le impidió desarrollar una técnica personal con tan solo dos dedos y llegar a ser un grande la guitarra. (Wikipedia, 2022).
Prejuicio
2: Los genios no se equivocan (ni siquiera practicando)
Otro prejuicio muy común es el de creer
que los buenos músicos nunca se equivocan, que son una especie de semidioses
separados por un abismo de nosotros. Puede sonar absurdo, pero si nos sentimos
derrotados cuando algo sale mal es que lo creemos en nuestro inconsciente...Yo
sufría de este mal en mis sesiones de práctica hasta que un día mirando una
video-clase de un famoso pude romperlo. ¿Cómo? El protagonista tocaba un
ejercicio. En eso se equivoca, se ría y lo corregía. Nada más simple. Agradezco
a este artista que tuvo la delicadeza de no borrarlo; y editarlo con error
incluido. Se mostró tal cual era: un
humano que trabajaba con seriedad y sentido del humor. Es muy liberador sacarse
el enorme peso de la perfección absoluta. Si, los genios se equivocan. Obvio
que también lo arreglan...
Otra experiencia muy importante para mí
fue ver en el Teatro Solís a un trompetista llamado Jimmy Owens, en concierto.
El espectáculo fue tremendo, alucinante. Luego fue a un boliche a divertirse
con músicos uruguayos tocando destensionadamente. Ahí ya no era una estrella
sino un músico que tocaba algunas frases muy buenas y otras no tanto. Entonces
comprendí que en Solís todo era perfecto porqué estaba muy bien preparado; y
realizado a un nivel de concentración importante. O sea, trabajo y performance.
No magia...
Prejuicio
3: Si no se es genio de niño no se llega a ser un gran músico
Nadie niega que es muy bueno empezar de niño, pero hay muchos músicos que no fueron genios de niños, sin embargo, realmente cambiaron algo, y de grandes. Como ya dijimos en la anterior entrega, Lionel Hampton, el primer vibrafonista de jazz, empezó a tocar a los 22 años. Jimi Hendrix empezó a tocar a los 15 años…Listo.
Tarea
Veamos otros prejuicios, y encontremos el hecho que
lo destruya.
Gabriel Otero Giordano
Bibliografía
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